19 dic 2006

¡¡¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS PRINCESA!!!!!














En este precioso día; te hizo Dios, Princesa mía.....




bella, romántica y pura;




Te dió de nieve la albura, con un tinte de arrevol;




puso en tus ojos el sol y una sonrisa pura!!!!!!!




Feliz día Jara Sheyra!!!!




Personaje del año!!!

Ignorando olímpicamente a los mismos que galardona, la revista TIME le “saca la vuelta” a dar como Personaje del año a Hugo Chávez
En la encuesta promovida por la propia revista, el público (aquéllos que según TIME “controlan la edad de la información”) da como ganador al presidente venezolano con un aplastante 35%.

Miguel Hernández G.
TDC

La revista TIME, que año con año selecciona a un personaje de la vida pública para ser galardonado como “El Personaje del año”, ha publicado en su dirección de Internet [1] la encuesta que le permite al navegante votar por uno de 8 posibles candidatos a susodicho nombramiento. Desde el principio, dos de ellos empezaron a despuntar en las preferencias del público: Hugo Chávez, el recién (abrumadoramente) reelecto presidente venezolano y su homólogo iraní Mahmoud Ahmadinejad.

Pero el día de hoy diversos medios electrónicos hicieron eco de un hecho cuanto menos curioso, pero más bien bizarro y patético, que a más de uno ha dejado boquiabierto. Ya hay un ganador, pero no ha sido ninguno de los dos que punteaban la encuesta, y para mayor sorpresa, éste ni siquiera estaba considerado como una de las opciones presentadas a los participantes: es la persona común.

“You. Yes, you. You control the Information Age. Welcome to your world” (Tú. Si, tú. Tú controlas la Edad de la Información. Bienvenido a tu mundo) reza la portada de la publicación, que para dejar en claro que se trata de mí (o de ti) tiene un espejo incrustado en el espacio que formaría la pantalla de una computadora.

Mala suerte o estupidez, pero nunca estuvo mejor representada la conocida costumbre aquélla de los colonizadores que buscaban cambiarnos oro por espejitos. Ignorando de manera burda y descarada la opinión de los mismos que reconoce como el factor orgánico de las sociedades actuales, TIME decide que siempre no valemos la pena, y apuesta por una salida “decorosa” (y que por lo mismo, hace más evidente y patética su falta de seriedad y respeto a sus lectores). Le escamotea la victoria al ganador, y se la da a la opción que ni siquiera estaba representada.

Probablemente las brillantes mentes en su sala de redacción pensaron que sería políticamente incorrecto declarar como “Personaje del año” al enemigo por antonomasia de las políticas guerreritas del establishment anglo-judío-americano por todo lo que éste representa –y que además dejó en el terreno con holgada ventaja a prominentes figuras de la escena política norteamericana como Nancy Pelosi (12%), Al Gore (7%), el mismísimo George W. Bush (8%) y a Condolezza Rice (con un raquítico 5%)- y nos regala en forma de nota editorial una joya digna de aparecer en el famoso pasquín Lágrimas y Risas u otra revista del corazón, del puño y letra del Sr. Richard Stengel, editor en jefe de la publicación. Tom, nos explica el Sr. Stengel, es un lector de Stamford, Connecticut que puso un video en el popular sitio Youtube proponiendo a los votantes americanos como la “Persona del año”. La propuesta de Tom tuvo una calurosa acogida entre los que vieron el video. Y Richard, conmovido en lo más profundo de su corazón, no pudo luchar contra eso. Impulsiva y sorpresivamente –como en cualquier acto de pasión– decidió entonces ignorar la opinión, igualmente válida y valiosa, pero abrumadoramente mayoritaria, de los otros miles de cibernautas que habían expresado ya sus puntos de vista a través de la encuesta. Nada más facil, ¿eh? Así se hacen las cosas en un país donde a poca gente le importa lo que digan las noticias hoy, pues nadie lo va a recordar mañana.



Pero uno no puede menos que hacerse preguntas como las siguientes: ¿Si el ganador de la encuesta hubiera sido George W. Bush, el señor Stengel se hubiese dejado llevar con similar arrebato por aquél momento de catarsis? ¿La prudencia no le hubiese hecho pensar mejor las cosas? ¿No estaríamos viendo en la portada de la revista TIME un enorme rostro simiesco y sonriente con la leyenda “George W. Bush, la Persona del Año” ? ¿Se hubiera entonces atrevido el Sr. Stengel a escamotearle el bien ganado premio a su presidente? Y aún mejor, ¿se lo hubieran permitido sus jefes allá en las alturas, en donde se decide –en contra de y sin consultar jamás a aquéllas personas comunes que ahora somos los “ganadores”– a quién pertenece la verdad que leemos todas las semanas en TIME?

[1] http://www.time.com/time/personoftheyear/2006/walkup/


35% Hugo Chavez


21% Mahmoud Ahmadinejad



11% Nancy Pelosi


11% The YouTube Guys





8% George W. Bush


7% Al Gore





5% Condoleezza Rice


2% Kim Jong Il

M. Kaplún

Revista Latinoamericana de Comunicación
Chasqui

Chasqui 58, Junio de 1997 – LA EDUCOMUNICACION
De medio y fines en comunicación Mario Kaplún argentino-uruguayo. Investigador y docente especializado en Comunicación Educativa
Según se conciba a la educación/comunicación será el uso de los medios de comunicación en la enseñanza. Y hay dos modos de entender y asumir esta dupla: el vertical y unidireccional, y el que considera al educando como sujeto de un proceso en el que se aprende de y con los otros. En el primer caso, el uso de los medios reproducirá la unidireccionalidad, acriticidad y la imposibilidad de una relación dialógica. En el segundo, ese uso se lo hará en un espacio cuyos protagonistas son verdaderos interlocutores. Mario Kaplún reflexiona y propone en torno a estos dos modelos.
Educación y comunicación son dos términos que pueden ser entendidos de muy diversa forma; y, según se los entienda, se abordará con muy diferente criterio el uso de los medios en la enseñanza. Con todo el riesgo de una simplificación esquemática, se puede distinguir entre dos modos de entenderlos; y la opción por uno de ellos atravesará y permeará toda la práctica educativa.
Medios que hablan...
Por una parte, se perfila el modelo transmisor, el que, al concebir la educación como transmisión de conocimientos para ser memorizados y "aprendidos" por los educandos, sitúa a estos últimos como objetos receptáculos y depositarios de informaciones. Es el típico modelo escolástico de la clase frontal, con el docente al frente y los alumnos escuchando (o haciendo como que escuchan) para después ser evaluados por la literalidad con que repiten y reproducen lo escuchado. Podrá argüirse que tal modelo ha sido definitivamente condenado al destierro por la ciencia pedagógica, pero una mirada honesta a la realidad escolar reconocerá que, como "los muertos que vos matáis" del drama de Don Juan, sigue gozando de rozagante salud.
Paralelamente, en el ámbito de la comunicación, se sustenta el modo clásico de entenderla como transmisión unidireccional de mensajes por un emisor ("locutor") a unos receptores ("oyentes"). Y también esta concepción monologal puede ufanarse de un óptimo estado de salud: está firmemente implantada en la sociedad e internalizada en el tejido social.
Se advierte fácilmente la correspondencia entre ambos paradigmas, el educacional y el comunicacional. Resulta natural, entonces, que, cuando se opera dentro de ellos, el uso de los medios en el aula adquiera una determinada impronta: reducida al papel de mero auxiliar instrumental, la comunicación será equiparada al empleo de medios tecnológicos de transmisión.
Fue así cómo comenzaron a usarse -y aún siguen más de una vez usándose- los medios en las aulas. Cierta enseñanza se autoproclamó "moderna" porque desplegaba aparatos y recursos audiovisuales. Empero, a poco que se examinara la pedagogía subyacente en el interior de esas prácticas, bajo el vistoso maquillaje resurgían las arrugas del viejo y glorioso modelo transmisor. Los mensajes eran expositivos y cerrados sobre sí mismos, sin resquicios para la reflexión y menos aun para la participación de los educandos.
Creyendo "usar y aprovechar los medios", lo que aquella tecnología educativa hizo, en realidad, fue someterse a la lógica de estos: reproducir acríticamente su modalidad unidireccional sin buscarle alternativas dialógicas. (Y preciso es convenir que los propios profesionales de la comunicación alimentaron el equívoco y aceptaron ser vistos y utilizados como suministradores de recursos técnicos y envasadores de mensajes mediáticos).
Lo que aparentaba ser una modernización de la enseñanza, por cuanto la asociaba a las nuevas tecnologías electrónicas, se tradujo así, evaluado en términos pedagógicos, en un estancamiento, por no decir en un retroceso. Sé de algunos maestros muy críticos de los medios masivos y firmemente persuadidos de la necesidad de fomentar en los educandos una postura crítica ante los mensajes mediáticos pero, a la vez, enquistados en el método tradicional de clase frontal. Lo que hacen, entonces es "dar" a sus alumnos "una clase" sobre los medios, en la que les dicen lo que es bueno y lo que es malo en la televisión y les prescriben lo que tienen que ver y lo que no deben ver. Con lo cual, en suma, sustituyen una imposición por otra imposición.
De este modelo, obviamente, por mucho que se lo equipe con toda una batería de televisores, videos, proyectores y hasta computadoras, no cabe esperar un uso crítico y creativo de los medios. Y es que el problema no es de infraestructura tecnológica sino de proyecto pedagógico; de la concepción pedagógica y comunicacional desde la cual se introduzcan los medios en el aula.
Llevo muy grabado el recuerdo de una simpática profesora que, después de una charla mía, se me acercó para decirme que mi plática le había hecho repensar su práctica: "Hace quince años que ejerzo y me consideraba una buena docente y una maestra actualizada. Pero hoy caí en la cuenta de que en todos esos quince años jamás propicié que mis alumnos socializaran sus redacciones, que cada uno pudiera compartir los trabajos de sus compañeros". He ahí un problema de comunicación que no se resuelve por más medios tecnológicos de que se disponga.
Abundan los ejemplos. Para citar uno particularmente actual: un artículo reciente, al exponer las potencialidades de la informática en el desarrollo de la moderna sociedad del conocimiento, vaticina la implantación de la tele-educación, definida por el autor como Ala educación a distancia por medios electrónicos, esto es, "la posibilidad, tecnológicamente cierta, de la creación de aulas virtuales", en las cuales cada estudiante en su propia casa podrá disponer de "toda la información necesaria. La red informática, el CD-Rom, la Internet y los nuevos softwares, constituidos en herramientas de aprendizaje, le abrirán horizontes inusitados para sus tareas educativas. El disco compacto, capaz de concentrar una inmensa cantidad de información en forma de texto, imagen, gráficos y sonido, permitirá al estudiante 'navegar' por sus informaciones". A su vez, "la Internet le proporcionará conocimientos actuales sobre todos los temas imaginables y le abrirá posibilidades infinitas de datos colaterales acerca de ellos".
He escogido este texto, con gran respeto a la personalidad de su autor -connotado hombre público de pensamiento democrático y progresista- porque lo hallo ilustrativo de esa arraigada tendencia a identificar educación con transmisión/recepción de informaciones. Ese "hiperespacio educativo", esa aula virtual en la que el educando estudiará recluido, sin ver a nadie ni hablar con nadie, sólo ofrece el suministro de un inagotable cúmulo de información, la posibilidad de "navegar" (¿o de ahogarse?) en un proceloso mar de datos. No se trata de negar el innegable aporte de los soportes informáticos; pero, ¿cómo y con quién se comunicará este navegante solitario del conocimiento?, ¿cuándo, cómo y a quién podrá expresar sus propias ideas?, ¿cómo las compartirá con otros estudiantes?, ¿qué espacio, qué canal le ofrece el sistema para ser él a su vez leído y escuchado? Nótese que, en su enumeración de los recursos informatizados puestos a disposición del educando, el texto omite mencionar las redes de correo electrónico -otro producto de esa misma tecnología informática- que abrirían a cada estudiante la posibilidad de comunicarse con los otros y enriquecerse recíprocamente en la construcción común del conocimiento. Cuando se ve a la educación desde esta perspectiva unidireccional, se tiende casi inconscientemente a no dar valor a la expresión personal de los educandos y a no considerar esas instancias de autoexpresión y de interlocución como componentes ineludibles del proceso pedagógico.
...y medios para hablar
El otro modelo educativo es el que pone como base del proceso de enseñanza/aprendizaje la participación activa de los educandos; que los considera como sujetos de la educación y ya no como objetos-receptáculos; y plantea el aprendizaje como un proceso activo de construcción y de re-creación del conocimiento. Para esta concepción, todo aprendizaje es un producto social; el resultado -tal como lo postuló Vygotsky- de un aprender de los otros y con los otros. Educarse es involucrarse en una múltiple red social de interacciones.
Obviamente, esta opción también tiene su correlato en comunicación, entendida y definida como diálogo e intercambio en un espacio en el cual, en lugar de locutores y oyentes, instaura interlocutores.
Un paradigma así plasmado siempre va a derivar en prácticas comunicativas, aun cuando -como observa Prieto Castillo- no se disponga más que de pizarra y tiza. Desde él, bienvenidos los recursos tecnológicos y la introducción de los medios en el aula. Porque se los usará crítica y creativamente, desde una racionalidad pedagógica y no meramente tecnológica; como medios de comunicación y no de transmisión; como generadores de flujos de interlocución.
A setenta años de distancia, los comunicadores-educadores aún tenemos mucho que seguir aprendiendo de ese admirable educador que fue Freinet, el creador del periódico escolar como medio de aprendizaje. No solo por haber sido el primero -o, al menos, uno de los primeros- en introducir medios de comunicación en la escuela (implantó la imprenta en el aula, y llevó a esta la prensa, el gramófono y el disco, la radio, el proyector de cine, de todos los cuales supo percibir su valor como recursos educativos) sino, sobre todo, porque puso esos recursos al servicio de un proyecto pedagógico y de un proceso comunicacional.
Escritas a mediados de la década de los años 20, cuando Freinet no era ese gran pedagogo que se reveló más tarde sino tan solo un joven y humilde maestro de escuela en un pueblito pobre y aislado del sur de Francia, sus notas de aquellos días siguen marcando un rumbo que la Comunicación Educativa de este hipertecnologizado fin de siglo aun apenas está comenzado a explorar:
"La prensa en la escuela tiene un fundamento sicológico y pedagógico: la expresión y la vida de los alumnos. Se argüirá que lo mismo podría lograrse con la expresión manuscrita individual. Pero no es así. Escribir un periódico constituye una operación muy diferente a ennegrecer un cuaderno individual. Porque no existe expresión sin interlocutores. Y, como en la escuela tradicional la redacción solo está destinada a la censura y corrección por parte del maestro, por el hecho de ser un 'deber' no puede ser un medio de expresión.
"El niño tiene que escribir para ser leído -por el maestro, por sus compañeros, por sus padres, por sus vecinos- y para que el texto pueda ser difundido por medio de la imprenta y puesto así al alcance de los comunicantes que lo lean, desde los más cercanos a los más alejados.
"El niño que comprueba la utilidad de su labor, que puede entregarse a una actividad no solo escolar sino también social y humana, siente liberarse en su interior una imperiosa necesidad de actuar, buscar y crear(...) A medida que los niños escriben y ven sus escritos publicados y leídos, se va despertando su curiosidad, su apetencia de saber más, de investigar más, de conocer más(...) Buscan ellos mismos, experimentan, discuten, reflexionan (...) Los alumnos así tonificados y renovados, tienen un rendimiento muy superior, cuantitativa y cualitativamente, al exigido por el viejo sistema represivo(...) El periódico ha cambiado totalmente el sentido y el alcance de la pedagogía de mi clase porque da al niño conciencia de su propio valer y lo transforma en actor, lo liga a su medio social, ensancha su vida".
Ese era el proyecto, su "fundamento sicológico y pedagógico". El medio puede ser uno u otro. En 1924, Freinet recurrió al que la incipiente tecnología de su tiempo ponía a su alcance: una imprentita de tipos móviles, posible de ser operada por niños. Hoy tenemos muchos otros, hasta el sofisticado correo electrónico. Pero la cuestión sigue siendo la misma: para qué usar los medios, si para el monólogo -aunque sea más atractivo y espectacular, más poblado de imágenes y de colores- o para la participación y la interlocución; para seguir perpetuando alumnos silentes o instituir educandos hablantes; para continuar acrecentando la población de receptores o para generar y potenciar nuevos emisores.

EL NIÑO JESUS REBELDE


EL NIÑO JESUS REBELDE

CANCION DE NAVIDAD PARA LOS PUEBLOS POBRES!!

El niño Jesús nació
una noche de diciembre,
entre paja y mal abrigo,
entre burro, oveja y bueyes.

Pero la historia que muda
su ropa constantemente,
con el correr de los años,
le aplicó un gran baño de oro,
como a los hijos del rico.

Le puso finas coronas
de diamantes y esmeraldas,
para ser digno pensaron
de honores,
pero de asesinos….

El niño Jesús, me han dicho,
que ahora se volvió viajero,
anda esquivando las bombas
que arrasan pueblos enteros.

Este d

29 nov 2006

Periodista colombiano Hollman Morris recibió en Canadá premio internacional a la Libertad de Prensa

Periodista colombiano Hollman Morris recibió en Canadá premio internacional a la Libertad de Prensa

Fue postulado al máximo reconocimiento internacional que otorga la entidad Canadian Journalist for Free Expression (CJFE), por la Asociación de Cabildos Indígenas del Cauca.
"Es un reconocimiento a todos los periodistas colombianos que cubren el conflicto armado sin contar con un seguro de vida, que tienen salarios muy bajos y que han muerto, como los más de 150 colegas asesinados en las tres últimas décadas en Colombia", empezó diciendo Morris durante su discurso de agradecimiento, tras recibir el galardón, este jueves.
Frente a por lo menos quinientas personas, entre periodistas canadienses e internacionales, diplomáticos, empresarios y defensores de derechos humanos, Morris resaltó el coraje de quienes no guardan silencio pese a las amenazas y la represión.
El periodista colombiano, director del programa investigativo 'Contravía' aseguró: "Me siento orgullo que esta nominación venga por parte de los pueblos indígenas de Colombia, por recorrer sus territorios más olvidados, sus palabras y así poder entender mejor a mi país".
El comunicador hizo un llamado a "que hoy el periodismo se haga más lejos de los escritorios y más cerca del ser humano".
"Muchos de ustedes pensarán que debe ser peligroso ser periodista en Colombia. Debo decirles que siempre me debato entre dos miedos, el provocado por el intolerante que te amenaza por denunciarlo y contar la verdad; y entre el miedo más hermoso que me despiertan las víctimas y los humildes, que han confiado en tu libreta, en la cámara de televisión o en las imágenes para denunciar y así romper la impunidad", agregó Morris, arrancando aplausos en el Arcadian Court, en el centro de Toronto.
"Por lo general y por fortuna, gana ese miedo: el de sacar a la luz la verdad", resaltó.
Morris recibió amenazas a su vida en el 2005 junto a dos directores de periodismo independiente y asegura que los hostigamientos se han mantenido. "Antes de venir a Canadá me enteré de que el teléfono de mi oficina ha estado interceptado de manera ilegal, con mecanismos muy sofisticados".
Frente a un auditorio que lo escuchaba atento, Morris recordó que el presidente Álvaro Uribe Vélez "puso en tela de juicio lo que los periodistas construyen día a día: su credibilidad".
"El Presidente me tildó irresponsablemente de tener vínculos con el terrorismo y cuando él se dio cuenta de la equivocación, no tuvo la grandeza de rectificarlo como debía hacerlo", señaló el comunicador, que ha sido acusado de ser vocero de la guerrilla, acusaciones que según él, no provienen de los actores del conflicto. "Son los pequeños grupos de poder en Colombia a quienes les molesta que se muestre a los pobres, que se le dé espacio a los campesinos, a los negros, a los indígenas y a las víctimas del conflicto, para que cuenten sus historias y desmientan las versiones oficiales", afirmó.
Contradictoriamente, Morris recibe este reconocimiento en Canadá en momentos en que su programa 'Contravía' salió del aire por razones financieras.
"Hacer televisión independiente en Colombia es muy difícil cuando la televisión está invadida de 'realities'. Nos hemos mantenido con el apoyo de un grupo de amigos y cooperantes, ahora queremos preparar 'Contravía' para salir nuevamente al aire", dijo.
Visiblemente afectado, el periodista colombiano compartió este reconocimiento con su esposa y su hija, quienes asistieron también a la ceremonia. "Debo agradecer a mi familia que está hoy conmigo y que son quienes me han apoyado y sostenido en medio de las amenazas y la desesperación", concluyó Morris.
El trabajo de Hollman Morris fue destacado junto al de la periodista egipcia Abeer Al-Askary.
Elizabeth MenesesEspecial para eltiempo.comToronto (Canadá)

Foristas, paraforistas y foros desaforados

Foristas, paraforistas y foros desaforados

Hace unos años, cuando la revolución de Internet permitió la creación de mecanismos de participación de los lectores en las ediciones virtuales de los periódicos, los compañeros de eltiempo.com nos instruyeron a los viejos columnistas acerca de las maravillosas novedades que la nueva tecnología depositaba en nuestra ventana.
-Habrá un recurso llamado "foros" -explicaron- a través del cual los lectores podrán comentar las columnas para que todos lo vean. Será como una amable tertulia de café.
Los viejos columnistas, casi todos bastante analfabetas en informática, nos miramos encantados.
-Sí -agregaron los entusiastas compañeros-: el columnista podrá dialogar con los lectores, explicar sus puntos de vista, aportar sus documentos...
Yo, que tengo la dispendiosa costumbre de responder personalmente cada mensaje que me llega, pensé que los foros iban a ser mi redención. Dialogar con los lectores... aportar documentos... ¡Bendita Internet!
Pero cuando se puso en práctica el recurso de los foros, nada fue como lo esperábamos. Por cada opinión interesante surgían cuatro que salpicaban las páginas invisibles de odio, amenazas, insultos y calumnias. Al cabo de unos años, abismado y asqueado, tomé la triste decisión de cerrar el foro de "Cambalache", pues se había convertido en una cloaca indigna de este periódico donde tantas personas ilustres han aportado sus luces durante 95 años. Prometí reabrirlo cuando hubiese mínimos filtros para desterrar matones y perturbados mentales. Tras una importante inversión de imaginación y dinero, a mediados de julio se relanzó eltiempo.com, que hoy por hoy es uno de los mejores diarios virtuales en español. Pero, no obstante sus esfuerzos, los foros siguen invadidos por una mafia de insultadores profesionales. Por cuenta suya, parte de cuanto allí se escribe no evoca una "amable tertulia de café" sino los muros de un orinal público.
No soy el único que lo piensa. Leí en los últimos meses juiciosas críticas de D'Artagnan, Guillermo Puyana Ramos ('Agresiones verbales de la peor calaña'), Mauricio Pombo ("Algunos mensajes de 'paraforistas' parecen redactados con motosierras: salpican de sangre la gramática y la ortografía") y Alejandro Gaviria ("La vulgaridad acumulada sugiere un trasfondo más siniestro: el odio acumulado durante décadas de asesinatos y de injusticias").
Un reciente y flojísimo fallo de la Fiscalía en torno a las amenazas que recibió el periodista Daniel Coronell vía internet confirma que casi nada debemos esperar los periodistas de las autoridades en materia de protección. Los 'paraforistas' podrán seguir amenazando tranquilos. Pero el problema principal es hasta qué punto unos foros delirantes y -perdonen el retruécano- desaforados contribuyen a la libertad de expresión, un bien público y democrático que todos debemos custodiar. Cuando mi columna era víctima de ataques como los siguen produciéndose, algunos colegas me aconsejaron: "Defienda la libertad de expresión, sálgase de los foros". Luego me dijeron otros: "Defienda la libertad de expresión, vuelva a los foros".
Regresé a la arena forista hace cuatro meses y, al ver que nada ha cambiado pese a las medidas adoptadas, me pregunto si al entregarles a los violentos verbales tan valiosa herramienta para que intimiden e insulten estoy ayudando a la libertad de expresión. Tengo claro que sus miasmas enrarecen toda discusión y propician un clima de violencia e intolerancia. En semejante ambiente resulta imposible todo diálogo. Esto es algo que sí hago con quienes escriben a mi buzón, y me ha permitido atesorar varios queridos contradictores que ya son mis amigos, aunque no haya visto nunca sus caras. En cuanto a los mensajes envenenados, vuelan a la basura sin que los lea.
Por eso pregunto y me pregunto si vale la pena mantener el foro de participación de "Cambalache" o si constituye un sacrificio de educación, de tiempo y de tiempo.com.

21 nov 2006

Capturan a corresponsal de Telesur en Colombia
El periodista Freddy Muñoz Altamiranda fue capturado en el aeropuerto Eldorado de Bogotá por hombres de inmigración del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, sindicado de rebelión.
Muñoz Altamiranda, de 35 años de edad y nacido en Cartagena, estaría involucrado, según el DAS, en atentados terroristas en Cartagena y Barranquilla en el 2002, cuya investigación la dirige la Fiscalía Quinta Seccional de Barranquilla.
El periodista Fue redactor del diario 'El Universal', de Cartagena, y 'El Periódico' y reportero del noticiero de televisión '6:25', ambos de esa misma ciudad. También realizó documentales para la serie 'Trópicos', para TeleCaribe. Es realizador audiovisual y escritor. Produjo para la programadora Audiovisuales, de Señal Colombia, la serie 'Leyendas'. Actualmente es corresponsal internacional de noticias del Canal Telesur en Colombia.


A continuación transcribimos el comunicado público emitido por Fredy Muñoz desde su sitio de reclusión, el día de hoy.
Apreciados colegas y amigos del mundo: Una vez más el periodismo libre y crítico es agredido por quienes insisten en utilizar la coacción, el amedrantamiento, la mentira y la fuerza para doblegarlo. El día 19 de noviembre cuando regresaba a Colombia, luego de participar en un taller de narrativa audiovisual organizado por Telesur por Michael Cowgan periodista norteamericano de la BBC y Torry Zumbado camarógrafo independiente de la guerra en Irak, fui detenido en las oficinas de inmigración de Colombia acusado de rebelión y terrorismo. Esta es una acusación que como yo, han vivido centenares de periodistas en el mundo, luego de que el unilateralismo estadounidense decidiera acusar de terroristas a quienes con juicio y argumentos se les oponen, y bendecir a quienes bajan la cabeza, omiten sus crímenes y le siguen. Colegas y amigos, desde este encierro físico envió mi mensaje de agradecimiento a todos ustedes, por seguir jugándose la vida y la libertad en este oficio necesario, y en todos los otros que desempeñan con lucha ardorosa. Que ironía que mientras los agentes judiciales me fichaban por cargos muy lejanos a la realidad de mis doce años de ejercicio periodístico, la televisión colombiana transmitía un homenaje al sacrificado Jaime Garzón, periodista cuyo trabajo despertó la ira y la intolerancia de un poder maligno y terco, enquistado en la institucionalidad de nuestra patria. Y es que un buen periodista no sabe decir o promulgar sino la verdad y en nuestros sufridos países latinoamericanos la verdad es el sol que desvela y disminuye a los señores de las sombras. Colegas y amigos, gracias otra vez por aumentar mi voz con las suyas. Por insistir aunque estos montajes pasen tan frecuentemente y a pesar de eso la fuerza no decaiga. Gracias por enseñarme a no desfallecer, porque hacer periodismo es hacer público lo que no se quiere que se sepa, todo lo demás es propaganda (Tayllerand) Con un fuerte abrazo,
Freddy Muñoz Altamiranda Corresponsal de Telesur en Colombia Noviembre 20 de 2006.